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Divina y no tan breve historia
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Divina y no tan breve historia Apenas me inicio en este tipo de narrativa gracias Luna por tu valiosa aportación y asesoría, espero que les guste Él--- Siempre pensé que esos encuentros cargados de deseo, sólo existían en los sueños. Aquella noche, era de brisa leve, un cielo opaco que ocultaba destellos brillantes pero de caracter tibio, húmedo, diría que acogedor. Acabé mi crucero nocturno en una discoteca, la verdad, me apetecía encontrar a alguien, una personita con la que ya me había cruzado muchas veces con la mirada. No es que eso fuese mucho si todas las miradas fuesen iguales, pero, cuando al cruzarse se congelan unos segundos y se sellan con una sonrisa, creo que hablamos del lenguaje universal de la seducción. Pedí una copa, y bajé a la pista. El local estaba colapsado de personas buscando sueños, y en esos momentos los bañaban en alcohol y música martilleante, de esa que no deja pensar en nada e impide hablar y con la que irremediablemente nos vemos avocados a mover el cuerpo inmersos en su poderosa fuerza y con muchos de los sentidos amordazados. Supongo que lo que se pretende es sellar el lenguaje gutural y precipitar esa otra comunicación corporal; se aprovecha el estimulo adormecido y flotante de Baco que seduce a medida que nos coloniza dando descanso a la razón y desperezando el instinto. Trás unos segundos... la ví...de nuevo me regaló su sonrisa y descansó su mirada en mi rostro, esta vez, elevó su vaso y me invitó a bailar a su lado... Ella--- Al moverme, mis caderas se insinuaban bajo los focos humeantes, y con la mirada le invitaba a besarme. Creo que me acerqué a su cuerpo como hechizada por su varonil instinto. Las luces nos envolvían con tonalidades violetas y destellos rojos, mi ropa de lencería se adivinaba bajo mi blusa blanca en contacto con las luces de neón. Lejos de incomodarme me excite... al descubrir su mirada sobre mi prenda interior, se acercó deslizando su lengua sobre mi cuello y sujetandome la nuca aproximó el resto de su cuerpo. Esa sensación, sigue viva, hay cosas que el tiempo no consigue borrar. Su instinto, su fuerza, la viveza de su deseo, la forma de deslizar sus manos sobre mi cuerpo. Todo eso desató un estallido de emociones en mi interior, pronto comprobé que ese elenco de vibraciones descontrolaban mi instinto como nunca lo habían hecho: rozar su piel, atravesar sus necesidades, deslizarse en su humedad, sentirse apresada en su interior, moverse al ritmo de su intensidad con firmeza. Sentí una presión enorme bajo mi ropa cuando rozó mi cadera con sus movimientos leves pero de intensidad asfixiante. El--- Me fundía en esa música eléctrica y machacona, girando mi cabeza de un lado a otro, mientras apretaba con sus manos mis hombros. Le insinué que saliesemos del local, para ir a un sitio más íntimo. A esas horas, todo estaba cerrado menos los antros que reventaban de gente, humo y detonaciones músicales. Mientras nos sentabamos, noté como su mano, se deslizaba presionando levemente mi sexo que al sentir esa invasión de caricias luchaba por salir al encuentro de su tácto, aumentaba su tamaño y su fuerza, desafiaba cremalleras y tejido. Cuando ella escuchó mi respiración algo más agitada...y... notó la dureza de mi miembro, me susurró que fuesemos a un sitio tranquilo y aislado. Le mencioné un numero, el de mi habitación de hotel. Mi compañero llegaría muy tarde, era de los que acababa la noche a las doce del medio día. Tacitamente aceptó. Cuando abrimos la puerta,tiré de sus manos y comencé a despojarla de toda su ropa. Al desabrochar su blusa inmaculada, ésta se deslizó por sus hombros dejando al descubierto una clavícula en perfecta armonía con sus senos, que erectos esperaban mis labios, mi lengua, mis succiones descontroladas y firmes. Ella--- Me dejo caer en la cama tirando de mí hacia él, me dejé llevar y me cubrió con su cuerpo por entero. Comencé a desabrochar su cinturón con suavidad y destreza mientras... abría camino con mis labios por su cuello, su mandibula, sus ojos y sus labios. Eran besos descontrolados, como si quisiesen llegar a todos sitios al mismo tiempo. Pronto, lo libere de ropa y comencé a acariciar con firmeza su miembro ya liberado. Busqué sus labios, que se precipitarón con movimientos convulsivos y nerviosos en los míos, había momentos en los que separaba su aliento del mío para dibujar mi boca con su lengua y penetrarla de nuevo. Comencé a rodear con mis piernas, mis caderas comenzaron a moverse en una fricción cada vez más tensa y necesitada. Introduje mis dedos en su boca y sentí como los poseía con movimientos freneticos, humedos y firmes, desde su nacimiento hasta su final. Él--- En ese momento, sentí la necesidad de estar dentro, de que presionase y controlase todo mi instinto, retiré su ropa interior a un lado y penetré en su interior con dificultad, estabamos muy excitados ... escuché un gemido placentero y ví como me inmovilizaba y me susurraba que me tumbase yo. Cuando miré, estaba atando mis manos en el cabecero de la cama, con pañuelos de seda, me sonreía... Me susurró que me cubriría los ojos con otro pañuelo, accedí. Dejé de ver, y sentí con más fuerza todo. Noté como mi miembro estaba en contacto con una suavidad aterciopelada, abrigado entre sus senos, latía y reventaba al mismo tiempo. Se deslizaba en esa ruta, y a su paso por sus senos, dejaba un rastro de humedad que la iba marcando, lo detuvo en uno de sus pezones, y noté como se comunicaban todas las terminaciones nerviosas de nuestros cuerpos. Eran pequeños movimientos circulares. Comencé a increpar entre susurros que no aguantaba más así y con su mano selló mi boca. Sentí, como se sentaba sobre mi miembro lentamente, precipitandolo hacia el interior de sus labios, y una vez más se detuvo rozando nuestros dos sexos antes de fundirlos. Pude sentirlo como un beso apasionado y precipitado, mi sexo ardía... en el suyo... podía percibir sus contracciones, su humedad, su latido. Toqué sus senos endurecidos, comencé a beber de ellos, jugando, los succionaba, los soltaba... los lamía, los mordía con suavidad....y de ahí me precipité de forma casi violenta sobre sus labios y le sujeté con firmeza las caderás embistiendo con todas mis fuerzas, mientras pude escuchar sus sensaciones ahogadas en pequeños gemidos que escapaban ... nuestro ritmo fue aumentando poco a poco hasta que caimos rendidos uno junto a otro ... y pude besar su relajada entrega. Un casto beso y un sensual abrazo |
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12/4/2010 7:53 pm |
Es muy agradable al alma encontrar ese tipo de palabras... se dice que el orden de los factores no altera el producto, pero creo que fuiste lo bastante habil para darles esa forma unica y sensual... gracias por escribirlo sabes, me gustaria charlar por mail o por el blog... me gusta como escribes, como respiran tus palabras.. ten una linda noche
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