Redefinir Senha
Caso tenha esquecido sua senha, digite seu nome de usuário ou endereço de e-mail abaixo. Um e-mail será enviado com um link onde você poderá criar uma nova senha.
Cancelar
Link para redefinir a senha enviado
Se o email está cadastrado no nosso site, você receberá um email com as instruções para trocar a sua senha. Link para redefinir a senha enviado para:
Confira o seu email e digite o código de confirmação:
Não vê o email?
  • Reenviar link de confirmação
  • Começar novamente
Fechar
Se você tem alguma pergunta, por favor entre em contato com o Serviço ao Cliente
Conexões, Encontre Sexo ou Conheça Alguém Sensual Agora
Meu blog
 
Bem vindo(a) ao meu blog!
Visualização do Título | Indique à um Amigo |
NICOTINA.
Publicado:6 Setembro 2021 4:24 pm
Última Atualização:28 Setembro 2021 12:46 pm
9477 Visitas

Se fueron a almorzar a un restaurante donde les dieron huevos a “la Malmaison”, pollo con gelatina, crema de guindas, helado y un disgusto espantoso, porque la cuenta subió más que Napoleón después de la campaña de Italia.

Acabado el almuerzo, ella se dio a conocer.

—Me llamo Nicotina —dijo.

—¿Cómo? ¿Eres tú Nicotina, la famosa Nicotina: la que envenena, la que se infiltra en el organismo, la que destroza la garganta y los bronquios, la que llena de extraños tatuajes los pulmones, la que hace perder la memoria, la que ensucia el estómago y arrui­na la salud y el bolsillo?

—Yo soy —murmuró muy bajito—. Pero, ¡bah!, han exagerado mucho. Se hacen furibundas campañas contra mí…, y créeme: no soy tan mala como parezco. Amo hasta la vejez a miles de hombres sin que les ocurra nada malo. Esos mismos médicos que despotrican contra mí, me adoran. Porque soy la mujer más deseada del glo­bo. .. Millones y millones de hombres me rinden culto.

—Pero tú les intoxicas.

La señorita Nicotina sonrió y repuso dulcemente:

—¿Y qué amor no intoxica, amigo mío?

Y él sintió la comezón de probar un amor que de tal manera fascinaba a los hombres, y exclamó en un susurro delirante, con el delirio arrollador propio de los adolescentes:

—Nicotina, Nicotina…

Diez minutos después tuvo el primer vómito.

Pasaron los años y la señorita Nicotina —eternamente joven des­de que, siglos atrás, llegase de América— seguía siendo el amor más firme de aquel hombre: ese amor del que no se puede desistir.

Su cariño le agotaba, y al mismo tiempo le daba energías. Sus caricias le envenenaban lentamente; pero nunca habría podido prescindir de ellas. Al despertarse por las mañanas, se apoderaba de Nicotina, que había velado su sueño desde la plataforma de la mesita de noche. Mientras se afeitaba, Nicotina estaba a su lado; al salir a la calle salía acompañado de Nicotina; durante su trabajo, Nicotina, le acompañaba, y cuando una idea se resistía a surgir, o él luchaba por darle forma, allí estaba Nicotina para inspirarle con un beso largo y absorbente; y cuando el dolor o la preocupa­ción le asaltaban era también Nicotina la que le distraía, arro­jando lejos las ideas negras.

Otras veces, en el teatro, por ejemplo, donde las autoridades no dejaban entrar a Nicotina, él se agitaba molesto, desasosegado e inquieto, y no bien llegaba el entreacto, corría al vestíbulo y allí volvía a encontrar a Nicotina y cruzaba largos párrafos con ella.

Había amigos que al presentarles a Nicotina le decían displicentemente :

—Gracias. No me gusta.
Y él los miraba con un poco de envidia y otro poco de admiración. Después de todo eran seres extraordinarios, que habían sabido resistir el amor de aquella mujer absorbente y fatal.

Cuando alguna pasión desgraciada le rasgaba el alma, la llamaba a voces:

—¡Nicotina!

Y ella aparecía entre nubes para decirle:

—¿Qué?

—Acabo de tener un disgusto terrible con Natalia.

—Ya lo sé. ¿No recuerdas que Natalia era también amiga mía?

Efectivamente, Natalia era íntima amiga de Nicotina, razón por la cual mucha gente decía de ella:

—Fuma como un carretero. (Aunque hay miles de carreteros que no fuman.)

—Pues bien: soy muy desgraciado Nicotina…

—No sufras, pobrecito mío. Aquí me tienes a mí. Ámame. En cuanto a Natalia, yo le daré un buen cáncer de laringe en castigo a su estupidez.

Es verdad que su amor le hacia cisco por meses y le producía una tos que le facilitaba pintorescamente la expulsión de los bron­quios pero él le perdonaba eso con gusto.

Hasta que un día… ¡Oh! ¡Él no lo habría creído jamás!

Un día la llamó y Nicotina no acudió:

No acudió Nicotina porque él no tenía dinero.

Hasta entonces siempre había creído que la Señorita Nicotina era un veneno.

Pero aquel día empezó a sospechar si la señorita Nicotina no sería una tanguista.
5 comentários

Para direcionar um link à este blog (KRSNA_78) use [blog KRSNA_78] em suas mensagens.

  KRSNA_78 45M
45 M
Setembro 2021
Dom Seg Terça Quar Quinta Sexta Sáb
      1
 
2
 
3
 
4
 
5
 
6
1
7
 
8
 
9
 
10
 
11
 
12
 
13
 
14
 
15
 
16
 
17
 
18
 
19
 
20
 
21
 
22
 
23
 
24
 
25
 
26
 
27
 
28
 
29
 
30
 
   

Visitantes recentes

Visitante Idade Sexo Data
Lordwolfsex  56H6/3

Respostas Mais Recente de Outros Usuários

Publicação Autor Data de Publicação
NICOTINA. (7)rifimart
4 Outubro 2021 1:12 pm